25 ago 2009

Mitorelato 29 El Reciclador (Penúltimo del verano).

Le ha salido un poco caro el capricho. Pero cuando los operarios terminaron la instalación ardía en un único deseo; probar aquella prodigiosa máquina. Lo ha hecho al quedarse solo, en silencio. La primera prueba ha consistido en meter por unas ranuras, dispuestas al efecto, las hojas sueltas arrancadas al azar de libros. Unas cuantas dice el prospecto. Trasladadas a su memoria, este Reciclador, pasado un corto tiempo, sacará en un límpido folio una nueva composición literaria ajena a ideas precursoras. Metió una pagina de poemas de Neruda, otra de un relato de Charles Logan. Completó el suministro con otra página al azar de Fahrenheit 451 de Bradbury. Aplicó su ansioso índice en el teclado de mandatos y esperó.
Tras unos segundos de silencio, el Reciclador dió señales de actividad. Procesó el trabajo y por la rendija a tal efecto destinada, lenta y silenciosamente, apareció un billete de quinientos euros.
Asombrado comprobó su autenticidad, su textura, su sonido metálico. Perplejo, sin explicación a lo ocurrido, por intuición, se le ocurrió invertir el proceso. Metió el novísimo billete por donde había introducido minutos antes las hojas sueltas de los libros y aplicó de nuevo el programa del Reciclador. Con una demora parecida, la máquina le ofreció, esta vez en un folio, un pequeño y enigmático poema:
Intentando la noche al monte sube
Y allí, sobre la roca, junto al mar, Tansis murió
Y la guerra empezó y terminó en aquel instante
Tardó varias semanas en descifrarlo. Y no ha vuelto, de momento, a enredar con el aparatito.
(C) M. Iglesias.


3 comentarios:

Carlos García Valverde dijo...

La idea central me encanta. Creo que se podría desarrollar perfectamente en un cuento de extensión convencional. No te extrañe que te vampirice la idea. Siempre podrás ir a quejarte a Teddy Bautista.

Anónimo dijo...

Todo lo que aparece en Venusyjanobriga es un regalo para los amigos. Al "Canario" que le den...enhorabuena por tu blog. abrazos

Anónimo dijo...

junto al mar Tansis murió...
Que falsario sin talento, salvo para el plagio. Crees que nadie leyó Naufragio!
Cateto

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