Es el mejor de los buenos
quien sabe que en esta vida
todo es cuestión de medida:
un poco más, algo menos... Antonio Machado. Proverbios.
En un largo pasillo de un IES, (Instituto de Enseñanza Secundaria) hace unos días.
Dos alumnos aventajados terminan un examen de Lengua Castellana y Literatura. Andan despacito por un largo pasillo, buscan la salida al regalado sol otoñal. Se susurran las cuitas que cada uno rastrea tras la prueba.
Irrumpe en la escena, haciéndola cotidiana, casi vulgar, el profesor de Tecnología -- vamos, vamos, un poquito de marcha, que no se puede estar en los pasillos.
Los alumnos desaparecieron escaleras abajo, con las dudas en sus respuestas dadas sobre surrealismo y la rehumanización y experimentación de las vanguardias, la hostilidad hacia la tradición.
(C) M. Iglesias
quien sabe que en esta vida
todo es cuestión de medida:
un poco más, algo menos... Antonio Machado. Proverbios.

En un largo pasillo de un IES, (Instituto de Enseñanza Secundaria) hace unos días.
Dos alumnos aventajados terminan un examen de Lengua Castellana y Literatura. Andan despacito por un largo pasillo, buscan la salida al regalado sol otoñal. Se susurran las cuitas que cada uno rastrea tras la prueba.
Irrumpe en la escena, haciéndola cotidiana, casi vulgar, el profesor de Tecnología -- vamos, vamos, un poquito de marcha, que no se puede estar en los pasillos.
Los dos confidentes, sobresaltados, se miran perplejos. Uno de ellos comenta -- Ya vamos, ya vamos. Andamos normalmente...
El docente, investido de lógica disciplinar, de la tensión propia de estos mes de inicios, pide enérgico el nombre del replicante.
-- No se puede estar en los pasillos.
-- Estamos, dice el otro -- pero vamos. Aquí no queremos quedarnos.
-- Hace unos días me llamaron la atención por ir deprisa. No se puede correr por los pasillos, me dijeron.
--Lo mejor sería, continuó, poner señales limitadoras de velocidad. -- Tal vez un control con radar, bromeó el otro.
Irrumpe providencial en esos tensos momentos un segundo profesor. -- Vamos muchachos, sin sarcasmos. El tránsito por los pasillos ha de ser breve y silencioso.
Los alumnos desaparecieron escaleras abajo, con las dudas en sus respuestas dadas sobre surrealismo y la rehumanización y experimentación de las vanguardias, la hostilidad hacia la tradición.
(C) M. Iglesias