(C) Demencia /Dibujo M.Iglesias
Fonsa arrastra su demencia senil por las calles del pueblo. Lo inmediato se le olvida. No asocia los rostros con los nombre--¿ tú de quién eres? Mira que no sé quién eres, repite cada dos por tres, mirando fijamente a cualquiera. Fonsa cuida de su madre, aún mucho más anciana, mas demente, un saco de huesos con los ojos hundidos.
Ha llegado al banco. Hace unos días su hija mayor puso coto a los reintegros de dinero que a diario hace Fonsa. Exigió que a su loca madre no le dieran más de cien euros cada vez. Pierde el dinero por la calle, a veces lo regala. En la consulta del médico hace unas semanas hizo una cuantiosa donación espontánea a un desconocido que no pudo ocultar su estupor ante lo insólito gesto de generosidad.
Fonsa se ha enfadado con el empleado. Ha perdido su suave compostura. Lo ha amenazado. Dice que el dinero es suyo y que hace con él lo que quiera. Le ha dado cien euros en billetes de diez. Ha doblado la esquina en soledad. Con cada ráfaga de viento ha ido soltando, despacio, uno a uno, cada billete que levita unos instantes a sus pies, son como pavesas de una hoguera,--mira que no se quién eres , repite una y otra vez ante su propia imagen reflejada en la luna de un escaparate. (C)

El paciente la visionará solo. En penumbra. Dando rienda suelta a sus emociones primarias. LLorará cuando le apetezca. Reirá. Aplaudirá a su gusto. Intentará identificarse con el protagonista, incluso en la resolución final del conflicto. Esa descarga emocional (La vida sin mí) le hará sentir que sus problemas quedan en un segundo plano: El Banco. Las Compañias Eléctrica, del Gas, del Teléfono. Todos pueden esperar. No hacerse muchas ilusiones con la respuesta de los amigos viniendo al rescate. Pensar que muchos de ellos están viendo en penumbra
Dirigida por Herbert Biberman y Michael Wilson en 1953 

