11 ago 2009

Tiempo para leer

Bajo los abedules
En la mesilla de noche tengo El Mago, (Gracias, Chus Penas, cuñadísima de las letras) compleja y gótica novela (1966) de John Fowles. Se me ha encasquillado por la página 350. Su intelectualidad y las cosas que dicen de ella la crítica me pusieron sobre aviso. No obstante tiene pasajes extraordinarios junto a páginas de aridez metafísica. Fowles empleó veinte años para escribirla. Yo espero que, pasado el verano, pueda terminarla.
En verano lo que leo incansable son CUENTOS. En Venusyjanóbriga en verano vivimos del CUENTO.
Irregulares, espléndidos. Juan Bonilla, en Berenice, recopilación hasta noviembre de 2006. Cuentos: Basado en hechos reales. Una novela fallida me ha gustado menos que El dragón de arena, Alma cargada por el diablo, El dios de entonces. Una historia borrada. Otros ya leídos rebajan una pizca la emoción, pero es agradable volver sobre ellos; El cromo de Boronat, ejemplo. Bonilla demuestra una profunda dedicación a la parte teórica-cuentista. Parece mostrarnos los andamios trampantojos de su estilo y algo de sus fuentes en ese epilogo final. Debe tener en su decálogo aquello que decía Bolaño; “Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si se ve con energía suficiente, escríbalos de nueve en nueve o de quince en quince”.
También bajo mis abedules de verano tengo a Ignacio Vidal-Folch y sus doce relatos compilados en Noche sobre noche editado por Destino. Aquí me encuentro con una ironía melancólica de unos personajes humanos y vulnerables que aparecen con su rotunda estupidez en estas páginas publicadas este mismo año. Son sorprendentes: ¿Por qué dejaste ingenieros y te metiste a conductor de tranvías?, Noche sobre noche, el primero; Prognosis. Con un estilo personal uniforme en todos ellos.
Cuentos en verano. Los leo bajo la sombra matinal de los abedules. Luego, emulando a estos grandes maestros, desde la modestia, con una buena siesta, me pongo a destilar los concentrados que aquí en Venusyjanóbriga dan como resultado un chupito llamado mitorelato.

4 comentarios:

Poeta de humo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Evan Gilbird dijo...

hola!

muy en el fondo me duele admitirlo pero...

no creo lograr acabar el libro... ya que han pasado 30 dias desde que lo vi... y ni lo he comprado...

pues.. nosotros intentamos hacer algo asi como "historias"

no tienen relacion una de otra... pero seria genial si pudieras darte el tiempo de leer alguna :D

nos vemos...

algun dia :D

Evan Gilbird dijo...

juro que trate de leerlo en mi adolecencia pero por algun motivo mi mente no pudo con el libro.. algo complejo..

ahora me gustaria recuperarlo...

y.. genial laforma en que entendiste la historia :D

la pregunta es si morimos enternamente... o si nunca hemos empezado a vivir...

poeta de humo dijo...

¡Feliz cumpleaños! ten en cuenta que son 56, lologuit. sigue así, que escribes muy bien.

Busca nuestras entradas