23 dic 2008

Feliz Navidad desde Jambrina(Zamora) España

Tarjeta de Navidad inevitable para cinéfilos.

Deseos: Buen cine.Buen vino.Buen amor,...Algo de trabajo, de dinero, claro, la salud . Pero sobre todo que dejen de darnos la barrila los sinvergüenzas, los plomos, los egoístas y los cantamañanas. Y que los políticos, economistas, sumo sacerdotes, salva patrias, profetas, demagogos y golfos se olviden de nosotros.¡ Que Bello es Vivir!

16 dic 2008

Tiempo para leer. Gozada Navideña

Alucinado por la colosal compilación de Cuadernos de todo. Se descubre el taller de creación de una de las mejores escritoras españolas: Carmen Martín Gaite, sus ideas sobre la situación de la mujer, sus reflexiones, lecturas, como le surgen los asuntos literarios, como "cocina" sus temas. Para lectores zumbaos por conocer algo más que la obra, una gozada que recomiendo. Se que estos cuadernos salieron en 2002. Estos días finales de Diciembre ha caído en mis manos esta edición de lujo. Gracias a Ana María Martín Gaite que hizo posible estas 669 páginas, Areté ediciones. Toda una vida literaria en Cuadernos de todo. Ella misma anotó :"Últimamente he podido ver que al lector tanto el producto cultural cerrado que le ofrecen (esa mano que no alcanza) le interesa el discurso interno de elaboración del escritor".
































14 dic 2008

Mitorelato 12-Vuelo del Ave, en sueños,














Vuelo del AVE ,
en sueños
“ Un sueño es la mitad de una realidad “
Joseph Joubert
– Larrañaga, tiene usted que ir a Sevilla cuanto antes. Hoy mismo si es posible. No podemos continuar con esta situación. Si esos dos tienen responsabilidades, y yo creo que las tienen, con discreción pero con firmeza. No está el horno para estos bollos. Es grave, muy grave. Nos está costando carísima la expansión en Andalucía. El mes pasado lo de Galicia. Tenemos que intentar solventar esos casi cuarenta millones. Quiero a dos de Asesoría Jurídica permanentes en Sevilla y de usted, Larrañaga, quiero informes a la hora de como van las cosas. No me ande con paños calientes que como puede comprobar la situación es muy delicada.
Juan Larrañaga con el semblante serio de las grandes ocasiones asentía con un imperceptible gesto muy suyo a cada una de las palabras y órdenes del Director General. En estas ocasiones dramáticas la caoba del despacho del jefe semejaba al interior de un descomunal y lujoso ataúd.
Se presentaba un comienzo de semana movido. Había cargado las pilas haciendo ejercicio físico con su amigo Fidel, un poco de tenis. Luego por la noche había salido a cenar con Eva, su mujer, y unos amigos. Nada del otro mundo. Ahora con este comienzo de lunes tan fuerte le parecían esas horas del fin de semana como si las hubiera vivido el mes pasado.
Mientras salía en silencio del despacho y cogía el ascensor privado, un repentino y deslumbrante relámpago nocturno, le vino a su mente ocupada en los asuntos profesionales. La imagen nítida y fascinante de Loreto, precisamente una sevillana a la que había conocido hace unos meses en Alcalá de Henares durante un seminario de recursos humanos. Era de una belleza misteriosa y se fijó enseguida en su espléndida figura y en sus ojos. Cuando en un momento dado formaron grupito en una de las ponencias, supieron que ambos tenían algo en común. Sus gustos por ganar dinero, la desmedida ambición. Antes de terminar el seminario charlaron tomándose una copa. De ese primer contacto personal supo que los dos compartían lo que calificaron coquetamente de afición por viajar en tren. Si lo intentaba podía buscarse las vueltas y hacer realidad el sueño que se le había atravesado casi obsesivamente desde que se despidió de la impresionante Lotero.
Juan había ido dejando por el camino viejos ideales, algunos, tan sólo unos años atrás, los tenía como fundamentales en su vida. Era infiel a todos ellos. La alocada carrera contra su propia sombra no le daba tregua. Cada día era menos fiel a nada ni a nadie. Alguna madrugada, camino de Madrid, y a partes iguales repartidas entre nostalgia y remordimiento, surgían proyectados sobre el parabrisas de su coche las esquirlas de viejas ilusiones, de sueños perdidos, que a este Juan triunfador y amoral de ahora resultaban insignificantes y hasta ridículas, pero que no terminaban del todo de desaparecer. La conciencia, como un destello de focos deslumbradores cruzándose. Una ligera molestia borrada al instante. Le sobrevenían en los instantes en que, durante un trecho, la autopista y la línea ferroviaria coincidían. Recordaba a su padre ferroviario con una cesta de mimbre de la mano marchando los lunes de madrugada, silencioso, con un abrigo enorme. Conducía trenes al norte. No lo volvía a ver en toda la semana. Cuando regresaba solía contarle cosas; la nieve al atravesar los puertos de montaña, lo largos que eran los expresos, aquel viaducto en la noche que convertía el tren en un avión sin alas.– Tú tienes que estudiar Juanito... Ser más que tu padre. Él quería ser ferroviario, maquinista de trenes largos y luminosos. Sintió un estremecimiento, como si la voz de su padre la escuchara allí mismo dentro del coche, a la vez que le despeinaba el flequillo. Se tocaba la frente en busca de la huella dejada en la caricia. Todo se borraba con una mueca de desprecio ante el cotidiano atasco de Puerta de Hierro.
Este lunes Juan ha entrado en su despacho con los asépticos buenos días de Blanca, su secretaria. Pide los expedientes de Sevilla. El tema que ocupará sus próximas horas. Su mirada se pierde en la mañana triste e impura de Madrid. Un silencioso aluvión de luciérnagas blancas y rojas remarcan La Castellana como una doble vena de sangre y leche. Torre Picasso y un enorme cartel de rebajas parecen dibujadas con carboncillo. La lonja arcada de Nuevos Ministerios es el simple y cotidiano decorado de cartón-piedra de todas sus mañanas triunfales. Sus ojos se detienen distraídos en uno de esos puntos rojos de las frenadas de los coches. Le recuerdan las luces de gálibos de los trenes de largo recorrido. El teléfono esta vez le devuelve a Fonseca y Villacorta, Sevilla y muchos millones de impagados. Loreto con sus ojos grandes y negros, sus piernas largas y preciosas, como solo las tienen las chicas de económicas. ¿Sabes una cosa que me encanta?-- le había dicho la tarde de las copas a Loreto –viajar de noche en tren. Y como por asociación, él enseguida se fue a lo del coche-cama. Hacer el amor mientras el tren cruza un viaducto altísimo. Ella le dijo que recordaba una historia de amor en un tren. Una vieja película. Él, cinéfilo y preparado, comenzó a lucirse-- Roger Thornhill de North by Northwest, enamorándose de Eve Kendall en el compartimiento del tren, camino de Chicago. ¿No te acuerdas? Si que me acuerdo. Claro que me acuerdo. También Eve Kendall se enamora aquella noche de Cary Grant, le replicó mirándola a los ojos. En realidad esto último no tenía certeza de haberlo dicho.
–Loreto ¿te he despertado?. Quiero que vengas conmigo a Sevilla. No así no se lo puedo decir. Me gustaría llamarla. En ese momento entra la secretaria. Deja papeles sobre la mesa. Debería intentar llamarla...
– Blanca consigue dos reservas para Sevilla en el AVE de... las tres, por favor. Aplaza la reunión con los de Formación . Mierda, está lo del Comité de Empresa. Bueno, bueno. A ver si tragan.
Juan intenta una y otra vez concentrarse en su trabajo. Abre los expedientes que le han puesto sobre la mesa: Marcial Fonseca Ramírez, director desde hace ocho años. En la Empresa desde l970, Casado, cuatro hijos. La fotografía de un condenado, calvo y sonriente. Así es la vida. Tenía que llamar a Loreto. Como sabría ella de sus sueños. Suena el teléfono. Se sobresalta. Es el Interventor General. Detalles y detalles del asunto. Mientras Juan reanuda mentalmente la secuencia completa de la llamada a Loreto.– Buenos días ¿Te he despertado? Soy Juan ¿Me recuerdas?. Alcalá, Roger Thornhill . No mujer, no estoy loco. ¿Quieres venir conmigo a Sevilla unos días?
Juan seguía escuchando de fondo la voz del teléfono, la de la realidad– Tengo delante los expedientes de Tonti S.A. y Expholiopolis S.L. ¿Juan me escuchas? Reclamaba su atención el Interventor General. – Tela marinera el asunto.
Juan si escuchaba. Su mente es la que estaba alejada de la dramática situación que el interventor le estaba transmitiendo.
– Soy un ejecutivo que juega al tenis y monta en bicicleta los fines de semana, quiere mucho a su mujercita y se siente orgulloso de su chalet en la sierra y de su privilegiada situación. Soñé que era maquinista de tren. Quiero viajar en coche-cama, besar a Loreto largamente, mirar por la ventanilla las lejanas luces de los pueblos, como luciérnagas en un cuadro móvil. Sobre saltándonos ante esa sorprendente ráfaga que es otro tren cruzándose con el nuestro. Ver anochecer con el tren suspendido por la orilla de un lago. La frase de despedida del Interventor de nuevo puso a Juan en su prosaica realidad. En lo profundo de aquella ensoñación que había teni tan solo unos segundos parecía resonar, como un eco muy dulce, la voz de Loreto – ¿Podremos amarnos en el AVE? Es como un autobús, te mira todo el mundo–no te preocupes, en el AVE del sueño no espectadores.
Llegan con el tiempo justo a la estación de Atocha. Juan retira los billetes a su nombre. Precipitadamente cruzan por el vestíbulo tropical. Una azafata con cara de colegiala sonriente los acomoda frente a una pareja de ancianitas muy pintadas y que los miran con curiosidad dando las buenas tardes. La música de Albeñiz se silencia y una voz que Juan asocia con la de la azafata les da la hora, la duración del viaje a Sevilla, la temperatura y la velocidad. Con precisión de Maestranza en abril, el tren se pone en marcha dulcemente, sin tatatlán-tatatlán, sin pisar agujas, sin fragor ni adióses por las ventanillas.
– Juan que ilusión viajar a Sevilla en el AVE, aunque sea por motivos de trabajo y así deprisa y corriendo.
Juan replica – ¿Estás cómoda? Ya tendremos momentos tensos. A la vez observa su cuerpo al sentarse.
Blanca, su secretaria, Lleva un traje chaqueta con pantalón. Es rubia. Tiene la piel muy luminosa y bella.
En dos horas y cincuenta minutos Cary Grant y Eve Marie Saint habrán muerto de amor camino de Chicago. Mientras, Juan y su secretaria han comenzado a mirarse descaradamente a los ojos, lanzados a gran velocidad, camino de Sevilla.¿Alguien sabe si hay túneles en el trayecto?



(C) Mitorelato y dibujos ( Replicantes): M Iglesias.(C)

11 dic 2008

Appaloosa. Ha llamado mi atención.

La última película de Ed Harris, siguiendo los pasos de Clint Eastwood al ocupar los dos lados de la cámara, adaptando una novela del Oeste que recuerda a aquellas que hace muchos años se cambiaban por cincuenta céntimos en los kioskos. Contiene lo que todo aficionado al genero espera seguir encontrando, impecable puesta en escena y respeto por los viejos mitos westernianos:Autenticidad y verismo.

Es complicado, con el peso de la historia, hace un Western a estas alturas. Utilizar sus arquetipos y cliches de siempre y con todo ofrecer una película interesante y digna.

El/los "sheriffs" siempre fueron las figuras que aportaban civilización en los nuevos asentamientos al igual que el ferrocarril llevaba progreso. En este caso poco les importa los métodos, las leyes y los procedimientos. Contrato por medio y a limpiar el pueblo de caciques.


Nada de idealismo. Los primeros compases del cuento queda claro.Es una especie de estado de sitio, toque de queda o fascismo pistolero. Tienen los mismos y perversos métodos que los malos.


Cole tiene destreza con las armas. Busca cultura, hablar con las palabras correctas. Se deslumbra por la discutible delicadeza de Allie French(Zellwegger). Me recordó un poco al Sheriff de El día de los tramposos de Mankiewicz.


El poblado incipiente, el ferrocarril, la prostituta (Ariadna Gil), la viuda perdida y buscadora del macho appaloosa(caballo de raza) destacado(Zellwegger). La amistad entre Cole y Hitch de poco e insinuante susurro. El malo (Irons) con su cuadrilla de asesinos, de la que un jovenzuelo desertará para acusarlo,(lo más flojo de la historia). Incluso aparecen los indios tan increiblemente legales y"civilizados" ante la reposición del caballo muerto. Algo de Solo ante el peligro, de Raíces profundas, de ... todas las inolvidables películas del Oeste, que casi seguro el curtido Ed Harris ama profundamente.


Para los tiempos que corren, el cine que puede verse y la falta de abundantes historias donde echar mano, Appaloosa me ha resultado una película digna, sin afectación y respetuosa con los elementos clásicos de un genero pilar de la historia del cine norteamericano.


Y ahí sigue el héroe cabalgando perfilado sobre la puesta de sol, dejando a sus espaldas la vieja amistad, a la putita, y con el hombro dolorido por cargar con el trabuco calibre ocho. Es una buena forma de terminar un cuento y hacernos la eterna pregunta; ¿quién de los dos fue mas... listo; el que echo raíces con la voluble y rolliza Allie, o el Alatriste perillán que se dirige a las montañas con la puesta de sol?
Calificación *** digna.

10 dic 2008

Destape 35 años.Colección Particular II

Lo prometido: Una segunda entrega de la cartelería cinematográfica de mediados y finales de los años 70. (C) Colección M. Iglesias.
Pecando de localísta, a los zamoranos de cierta edad recordarles salas de cine S en Zamora, es nombrar al Cine Pompeya. El hoy elegante y burgués Teatro Principal, fue cine S. Es recordar la aventura de ir a ver estas películas hoy ingenuas, casi ridículas, con el embozo de la timidez, la sensación de clandestinidad, y cierto olor a azufre por las viejas doctrinas de la decencia y las buenas costumbres vulneradas. Llegaba la "Deseada" libertad...........
Se tomaban el nombre de los libertinos para la causa.

Hasta los clásicos servian de inspiración erótica.

Dos ejemplos: En sensuales colores. Y hasta Cesar Ardavin se atreve por escenas tórridas.

Esta tuvo su público en el "Pompeya" S










Al clero se le recibió con entusiasmo.




El germen de la reivindicación de conjugar dos sacramentos.




Historias "Fantasticas" de amores.








Indudable: La gente joven no lo tenía claro. Pero me da la sensación que ha esa edad... siempre será complicado.




La protohistoria de la educación sexual. "Podría sucederte a tí"













Que joven estaba Victoria Abril.....











Se animaba el cotarro. Los italianos marcaban el camino.












Fueron muchos años. El titulo es demasiado contundente. Como siempre algunos se lo montaban.
















Y los que no aprendían.









Y estos tres pardillos... ¿Qué?





















Hasta los personajes populares de la TV tenían su momento erótico.

















Cosas curiosas. Lugares donde estrenarse.










Esta juventud, está loca.


















Un ejemplo de profundidad. El erotómano por excelencia; D Luis Gracia Berlanga y el viejo cuento.

















Símbolos fálicos. Alicia cambia de registro.










































Ajita Wilson. Un mito del amor propio de la época.



























Algunas tenían guionístas espléndidos.


















La inflación. El paro. Los precios. Y seguimos con los mismos problemas casi cuarenta años después.


























Y preguntas propias de encuestas socio-políticas.
























España empezaba a dejar de ser diferente. Y en Suecia no era solo el oro de las cabelleras de sus nativas lo reluciente.






















Punto y final a la colección. Pinchar en el cartel para tenerlo a" tamaño natural".

6 dic 2008

DESTAPE 35 AÑOS:COLECCION PARTICULAR I

La censura ha existido siempre. Y seguirá existiendo. Desde que un hombre sobre la tierra se creyó con poder dictó normas e imposiciones. Algunas cosas se debían hacer, otras se prohibían obligatoriamente. La censura es dinámica. Cambia con los tiempos. Se prohibe lo estipulado como bueno, y lo malo.
Dictamen y juicio de obra y escrito.
Corrección o reprobación de alguna cosa.
La censura política, moral, religiosa, sexual, miedo.
Luego está la censura del dinero, rentabilidad, recaudación, miedo.
Todo es miedo; Miedo a perder el poder. Miedo al castigo del poder. Pero algo ocurrió... En la mitad de los años 7O. Aquella vieja-férrea-censura, se le cayó el anillo y ...
No, no es obra de la censura. Los pájaros de D. Alfredo estaban con sus plumas.

Una ENTREGA de la colección de Carteles de Cine de la época del autor del blog. Si existe interés cuelgo muchos más. No todo era buen cine entonces. Pasaba como siempre ha pasado. No obstante tiene su encanto y su chispa de con miseración.

No fueron precisamente los años de las delicias. La formación: Lo primero.
De la nada se paso a la locura

Y hasta las vacaciones de....







Lo tradicional.....


Lo muy local.









Todo se aireó.

Todo, hasta Landa se pasa de bando. Ficha por las S

Los héroes se hacen carnales....









Se recuperan asignaturas dando aprobado general-mi



Dejan de prohibirse los sueños.





Empiezan entonces a sembrarse los cambios que han llevado a una moda en el vestir que hoy vemos normal en nuestras calles.



Se cambian los horarios.














Los gustos....
Los lugares...(Los Paradores Nacionales se modernizan)













Comienza el turismo de riesgo y aventura.



a los lugares exóticos.

















Se revisita el medioevo.


La historia contemporánea se frivoliza.


















La Fenech ayuda un poco a desentumecer músculos.
























Hasta comenzamos a conocer como hacen las monjitas esos dulces tan ricos.


















Ocaña no era solo un ciclista.











En fin que hasta las vampiresas modifican el Viejo Régimen... alimentício.

Nadiuska. Una de las figuras de la época. Hizo famoso el sonido frggeenillo al hablar.


Que había que sufrir para alcanzar el éxito.


Pero teníamos a la Kristel que puso algo de sus partes y Una visión nueva del corte de pelo en las chicas.

Sale del armario un siniestro y misterioso personaje, producto de la vieja censura. El Mirón. Legalizado el asunto, todos somos mirones, pero legales.


Supimos que en Hendaya... D. Adolfo venía preparado para todo. Lástima. Al Caudillo no le gustaban los juegos reunidos Geiper.
























Pero no todo era carnaza. No. Se estrenaron documentales muy instructivos.


Nadiuska se hizo muy popular.





















Los maestros Roman Gubern-Doménec Font Editan Un cine para el cadalso 1975, que es un estudio profundo y definitivo sobre los 4O años de censura,
Teodoro Gonzalez Ballesteros saca Aspectos Jurídicos de la censura Cinematográfica en España 1936-1977. A pesar de que es un libro profundamente reflexivo hay pasajes que dan sonrojo, producen una helada e irónica sonrisa. Destacar el capitulo v. Algunas de las películas censuradas en España, con especial referencia al periodo comprendido entre 1936-1977. Se demuestra que los censores querían ser ante todo guionistas.
Homero Alsina Thevenet escribe El libro de la censura Cinematografica. Tambien interesante.

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