24 may 2009

Mitorelato 20.-El pacto

Ella miraba la pantalla dominadora, no parecía fijarse en nada, abstraída de si misma. Nada veía. Él mantenía su atención en los juntos renglones de un informe voluminoso e inútil. Pasado un rato, se acostaban en silencio. Media hora después ese mismo silencio se deslizaba por las superficie tibia de las sábanas. Se acurrucaba a su lado, con su mejilla sobre el pecho de él, desnudo, familiar, perfumado por la costumbre. Se daban un beso largo, intentaban abrirse camino mutuamente. En realidad era un intercambio de cansancios de ese día, de todos los días. Sonaban sus respiraciones y parecía el sonido de sus almas intentando encontrarse. Había dificultad para eso. Confirmaban en la oscuridad sus dudas, su aburrimiento.
No se dijeron nada que no se hubiesen dicho antes...

16 may 2009

Mitorelato 19.- La esperanza

Gracias :Foto (C) Guillermo Morgana

Largos minutos. Escuchar su nombre, como un pistoletazo de salida. En ese instante debería comenzar a correr hacia la luz, sin mirar a los lados. Como cuando era niña en un pasillo oscuro alargaba los brazos palpando la llave, el pomo de la puerta, la salida.
Los minutos de espera se fueron llenando de sensaciones, de sonidos, incluso de sabores. Su marido guardaba silencio, como si todas las palabras se hubiesen derretido. Se estremeció con el abrazo diáfano y cariñoso de sus hijos, acompañado de un aroma-recuerdo de cuando los tenía en sus brazos, estrechados contra su pecho.
Tras los enormes ventanales la luz de primavera obligaba a todas las criaturas a saltar de alegría. Sintió aquella brisa única de cuando bajaba una gran pendiente en bicicleta. Aquella sensación reconfortante tras un enorme esfuerzo doloroso, interminable en la subida. En ese mismo instante vio cientos de paisajes hermosos. Las aguas de todos los arroyos. La luz de todos los atardeceres. Todas la risas juntas, mezcladas con la suya. Y el ritmo de sus sienes recomponiendo los sonidos de canciones de amor que ya tenía olvidadas.
Limpia, silenciosa, la luz del sol se puso a sus pies. Esa simple imagen la interpretó como una invitación. Al respirar profundo, en esa vibración que se siente como una intima congoja, palpó esos recuerdos como una iniciación. Esperanza; una consigna nacida de su naturaleza. La esperanza es el mejor remedio, el valor más grande, la mejor pócima mágica.
De repente una puerta se abrió. Alguien dijo su nombre: de noble cuna, significa tu nombre, le dijeron de niña.
La realidad cogió velocidad. Un beso, los abrazos, el golpeteo estruendoso en las sienes. Comenzó a correr y a correr, con rotundas y poderosas pedaladas. Sintió el ánimo silencioso que tiene la luz primaveral de todos los amaneceres del mundo. (C) M. Iglesias

14 may 2009

30 añitos de Apocalypse




"Yo levanté la cabeza. El mar estaba cubierto por una densa faja de nubes negras, y la tranquila corriente que llevaba a los últimos confines de la tierra fluía sombríamente bajo el cielo cubierto...Parecía conducir directamente al corazón de las inmensas tinieblas"

Leí por segunda vez en 1989 El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, anoté entonces: Visionar de nuevo "Apocalypse Now" de F.F. Coppola 1979. Han pasado ¡treinta años!

He releído incluso la crítica de Isabel Escudero en número 58 de Cinema 2002, diciembre 1979.(¡!)
Me sigue pareciendo una difícil e interesante película sobre la naturaleza maligna del ser humano. Maldad de la guerra "oficial", "legítima". Maldad de la violencia " individual" caprichosa. Los demonios que llevan a Coppola a adentrarse en el corazón de esas "tinieblas" de nuestra condición de seres ¿racionales?
A las nuevas generaciones de lectores y cinéfilos : coger a Conrad, leerlo. Conseguir una copia de Apocalypse Now, verla.


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7 may 2009

Antonio Pereira..."allí hacen discursos en los entierros y nosotros no"

¡Qué buen cuentista serás siempre jodio!
Cordial y amistoso fuiste
Fingir dudas. No me parece que lo hicieras
Tu voz de narrador sonó fuerte y clara
Tu palabra elegida fue siempre la menos prestigiosa
En tus cuentos ocurría lo que tenía que ocurrir
Cuidabas los comienzos. Los finales salían solos... (no te joroba)
Ninguna de tus historias me parecieron hinchadas
Fueron todas tus historias, humanas. Inevitable.
Oficio de escritor alcanzaste.
De ese lado tenéis mejor equipo : D.Juan Manuel, Cortazar, Borges, Maupassant, Poe...
Ahí te quedas Antonio en uno de los estantes de mi biblioteca: Socarrón, sutil, melancólico, tierno.
Ahora si que la especie (Contadores de cuentos) corre serio peligro de extinción)
Cuando un buen escritor desaparece, es decir muere, me acuerdo siempre de la frase de Woody Allen: "No es que no crea en Dios, pero creo que Dios no se esfuerza lo suficiente" (C)
Pero nos disolvimos pacíficamente, cada uno a su rincón secreto, sin elegir portavoz ni nada. Lo decía el vizconde, que la fuerza de los que andamos así está en ser libres para escuchar a los poetas y los pajaros. (fragmento final) La pirámide
Gracias a Isla Kokoteros, por las imágenes.



1 may 2009

Mitorelato 19.- Castigo injusto

(C)Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Así, sin más. Aquel, por otra parte, famoso castigo de la divinidad, nació injusto, incierto, desproporcionado. Impropio. Su autor enseguida se percató de que no era una idea redonda, que precisaba enmiendas, reparos. Cuestiones y matices de fondo lo hacían terriblemente injusto. Quiso rectificar. Empezaré de nuevo, se dijo. Aún sigue en ello.
Mientras algunas criaturas, creadas a su imagen y semejanza, se le adelantan. La divinidad calla. Todo se le ha ido de las manos. (C)

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