25 ene 2016

MITO RELATO 102.- EL AMANTE ARQUEÓLOGO.

 © MUJER  M. Iglesias. Óleo sobre cartón.
- ¿Mi nombre? 
Puedes ponerme el nombre que te guste. 
En los próximas horas el hombre de mi vida eres tú. 
Debes saber que cada uno de mis amante me ofreció algo nuevo. Esa novedad es la que prevalece en mí. 
De uno recuerdo su insaciable paciencia. 
De otro, el esmerado refinamiento del ensueño. 
Ha habido alguno con la ternura precisa para estremecerme. 

Me embelesó aquel amante arqueólogo
Me fue descubriendo noche a noche, cada madrugada, como si se tratase  de un tesoro oculto, misterioso, cubierto por capas de sedimentos; invisible, ajeno a una mirada que no fuese la suya. 
Usó los besos como un pincel sutil; las manos como la más refinada herramienta; con esa persistencia necesaria, casi tozuda, del buscador enajenado. 
Descubrió en mí lo que ni yo misma sospechaba: ese instante mágico en el que el tiempo se suspende y un torrente abrasador de plata líquida desbordaba mi ser. Olor y sudor del terciopelo de unos labios que me transportaron, ajena, perdida, por encima de todos los placeres que puedan describirse, mientras él mantenía su búsqueda, incansable. 

Copyright© M. Iglesias ( El amante arqueólogo. Colección Me fundiré contigo)

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