
Tras unos segundos de silencio, el Reciclador dió señales de actividad. Procesó el trabajo y por la rendija a tal efecto destinada, lenta y silenciosamente, apareció un billete de quinientos euros.
Asombrado comprobó su autenticidad, su textura, su sonido metálico. Perplejo, sin explicación a lo ocurrido, por intuición, se le ocurrió invertir el proceso. Metió el novísimo billete por donde había introducido minutos antes las hojas sueltas de los libros y aplicó de nuevo el programa del Reciclador. Con una demora parecida, la máquina le ofreció, esta vez en un folio, un pequeño y enigmático poema:
Intentando la noche al monte sube
Y allí, sobre la roca, junto al mar, Tansis murió
Y la guerra empezó y terminó en aquel instante
Tardó varias semanas en descifrarlo. Y no ha vuelto, de momento, a enredar con el aparatito.(C) M. Iglesias.
3 comentarios:
La idea central me encanta. Creo que se podría desarrollar perfectamente en un cuento de extensión convencional. No te extrañe que te vampirice la idea. Siempre podrás ir a quejarte a Teddy Bautista.
Todo lo que aparece en Venusyjanobriga es un regalo para los amigos. Al "Canario" que le den...enhorabuena por tu blog. abrazos
junto al mar Tansis murió...
Que falsario sin talento, salvo para el plagio. Crees que nadie leyó Naufragio!
Cateto
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