14 ene 2014

CUATRO GIGANTES (3) Música y cine.-MIKLOS ROZSA (parte 1ª)


Photographs from Double Life (The Autobiography of Miklós Rózsa), courtesy of Nick Rózsa.
Images are ©Copyright.
                           

MAX STEINER, ERICH WOLFGANG KORNGOLDMIKLOS ROZSA, BERNARD HERRMANN




MIKLOS ROZSA el tercero de nuestros cuatro gigantes, tiene el honor de haber hecho popular la banda sonora. Sera él quien acerque la música a aquellos amantes del cine que hasta entonces no habían mostrado demasiado interés por ella. 
Esto lo consiguió con su peculiar estilo el "Rozsa touch". Escuchen su música mientras leen...
                   

Algún amigo músico me advierte cuando la escuchan; "son tresillos, escalas ascendentes repetidas, se nota predilección por los instrumentos de cuerda, el violín tiene unos registros insuperables..."
Su estilo es identificable y esplendoroso. Fantasias orientales, exotismo y colorido orquestal. También, por sí sola, su música adereza la emoción a las imágenes que acompañan de una forma portentosa, y por tanto evocan secuencias que hacen reproducir emociones.Aquello sentido como espectadores. 

Nació en Budapest en 1907, murió en Los Ángeles en 1995. Ya de niño estudió violín, graduándose a los 21 años en el Conservatorio, prosiguiendo su carrera en Leipzig. 
No había creído nunca en las posibilidades del medio. Lo fueron convenciendo, menos mal, Marlene Dietrich y Alexander Korda.
De todas las maneras posibles de estructurar su monumental catálogo se nos ocurre ésta:
Exotismo.- 
El ladrón de Bagdad; repleta de melodías y canciones de inspiración oriental, con la influencia de la "Scheherezade" de Rimsky Korsakov. Descripciones sinfónicas para princesas, genios, seres mitológicos.




Las cuatro plumas; aquella memorable llegada del protagonista a Egipto.
Las músicas descriptivas para cada animal en El libro de la selva, de una sencillez y excelsa orquestación.


Los melodramas y comedias:
Múscicas llenas de lirismo para acompañar amores desgarrados de Lord Nelson y Lady Hamilton (de paso gozamos de una esplendorosa Vivien Leigh), Lydia o El divorcio de la señorita X.


La guerra y dramas psicológicos:
En este grupo recordamos Cinco tumbas al Cairo, Sahara o el uso de melodías de inspiración japonesa en Blood on the sun.
Para Billy Wilder compone las músicas de Perdición y Días sin huella (The Lost Weekend). En esta última utilizaría por primera vez el sonido agudo y oscilante de un instrumento originario de su país, el teremín, para describir las crisis  de delírium trémens del protagonista alcohólico (Ray Milliand).
Volverá a usarlo en Recuerda, la película de Hitchcock para expresar el alma torturada de Gregory Peck y que contiene el tema más famoso de su carrera y uno de los mejores de la historia de la banda sonora. Tal fue el éxito que con las melodías compuso un concierto para piano y orquesta, el "Spellbound Concerto", verdadera música clásica. Con ella ganará su primer Oscar.


Realismo, cine negro...
Sus músicas se llenan de sombras y agudas percusiones. La música de Secreto tras la puerta se la pide Fritz Lang, con el que se entiende perfectamente.
Sin hacer una lista completa de los filmes a los que pone música hemos de mencionar ForajidosEl abrazo de la muerte, Sangre en las manos, La ciudad desnuda. Aparecen, no obstante, temas de amor muy bellos que acompañan a los personajes femeninos. 
Suya es la breve partitura para La jungla de asfalto.
Obtiene su segundo Oscar con Doble vida, para cuya composición solicitó asesoramiento médico y poder describir mejor la paranoia de un actor.


Dejamos aquí esta primera entrega dedicada a la extensa carrera de MIKLOS ROZSA, a punto de fichar por la Metro y comenzar la década de los 50. Los descomunales espectáculos épico-históricos serán su consagración en el Olimpo de los grandes de la banda sonora.
Continuará...


1 comentario:

Anónimo dijo...

El más grande. Siempre que escucho su música escrita para el Cine pienso lo mismo:¿ Wagner lo hubiera hecho mejor? Es insuperable. La secuencia en la que se ve a Judá Ben-Hur camino a las galeras y su encuentro con Cristo y la secuencia completa de la Batalla Naval son la cumbre de la música escrita para el Cine. Insuperable.

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