©M.Iglesias
Entre el tilo adolescente y el abedul aristócrata he tenido tendida una hamaca todo el verano. Ha sido mi biblioteca colgante. Comencé con Ignacio y su Aeropuerto de Funchal. Recuerdo el primer relato con el que efectué las pruebas de fuerza del invento colgante: El ramo más grande de Valladolid.
Pasado San Pedro me lié con Felisberto Hernandez.
De regreso de un viaje corto Bilbao-New York-Bilbao conocí a un escritor magnífico, todo colgado de la hamaca, Kirmen Uribe.
Visité Las islas desconocidas de la mano de Raúl Brandao. Pero las horas profundas y quietas de la tarde fueron para La hija del optimista de Eudora Welty y La hija de Robert Poste de Stella Gibbons.
Con el Mundial y sus fantásticas emociones no encontré nada mejor que Por favor, sea breve 2 de Clara Obligado y Una muy buena Antología Española de Literatura Fantástica a cargo de Alejo Martínez Martín.
Añoré unas semanas mi biblioteca colgante. Felizmente en el mes de agosto recuperé mis posición con Gay Telese, un maestro de Retratos y Encuentros y el lugar y las tardes, comenzaron a impregnarse de nostalgia y relente.
Un escalofrío me ha recorrido la espalda en estos días finales de Septiembre: Elias Canetti y su Libro de los muertos: "Quien piensa continuamente en ella, no vive. Quien nunca piensa en ella, vive todavía menos, se engaña a si mismo ¿Cuanto debemos y cuanto nos es lícito pensar en ella?
He desmontado el tingladillo, la biblioteca colgante. Al día siguiente el tilo, el abedul y yo no eramos los mismos. © M.Iglesias
5 comentarios:
Vaya lujo de espacio para leer, así el placer habrá sido doble, o triple, o...
Qué perfecta armonía de imagen, palabras, historia y emociones del narrador. Magnífico. Felicitaciones
Bello texto, bella imagen ,un placer pasar por tu hermosa casa, leer tus post y dejar mi huella bloguera con mi afecto para ti.
Un abrazo de MA desde Granada. Gracias por tu paso por mi blog , tu blog amigo y por dejar tu huella en el comentario.
No hay nada como leer un buen libro y si es en un espacio de película como ese qué más se puede pedir.
Yo soy de las que alargan el final semanas de tanta pena como me da terminarlos, me ocurrió no hace mucho con "Un mundo sin fin", un saludo :)
Coincido con Trecce. Me ha gustado mazo.
Y me gustó mazo tu comentario en mi blog. Gracias por acordarte de mí.
Un beso,
Andri
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