2 ene 2010

Mito Relato 37 .- Gaspar " Bombilla "

Debió pararse a coger resuello. Se sentó en el borde de una acequia de riego, si , exacto, como la de la fotografía. La tarde de Nochebuena era fría, ventosa, desagradable...Él no tenía nunca frío.
No, no pretendo insistir en la crónica trágica.
La cosa es que Gaspar estaba enorme. Temían sus vecinos que explotara en cualquier momento. Con los calores de agosto, descamisado, con el enorme vientre dilucidando siempre el camino más ancho, se le veía venir agobiado, lento, taciturno. --Explota, seguro, decían. Pero no. Ha sido en Nochebuena, con el frío. No ha explotado. Se venció, y en un sordo y apretujado empeñón, fue a parar al nicho hormigonado por el que normalmente corre el agua en épocas de riego. Allí lo encontró Lucy, la perrita de Abilio, con el gran abrigo austriaco cubriéndole la cara. De esa manía de los pueblos, la del apodo, Gaspar no disimuló nunca el que le tocó en suerte: Bombilla, Gaspar Bombilla. (C) M. Iglesias . Foto (Tratada del Original de Emilio Fraile Opinión de Zamora)

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