27 dic 2009

James Cameron.- Los "avatares" de las musas

James Cameron, del lado de los "malos"


Los amigos de este blog han guardado largas colas para conseguir un lugar adecuado en la sala y poder disfrutar del espectáculo del 3D. Pertrechados con las oportunas gafas prestadas estamos preparados.


Cameron hace diez años maravilló a la industria (crítica y público también) del cine con Titanic. En aquella ocasión, los listillos del negocio le reprochaban, a priori, el regreso a un asunto ya manido; la catástrofe del insumergible Titanic. Pero él elaboró en aquella ocasión una historia original, atractiva y con gancho. Dotó al descomunal juguete de alma. El guión de Titanic era casi perfecto.Era un trabajo de precisión.


Como actor, creo recordar, en La musa, se hablaba de la inspiración de un guionista, y de esa falta de inspiración, de cuando se secan las ideas.


Avatar, esta su última superproducción, está alejada de estas musas. La historia, más cercana a Disney, mezcla, recuerda y homenajea un montón de precedentes fílmicos que cualquier cinéfilo, ahora mismo, me quitaría inmediatamente de la boca. Nos sobrarían diez folios A-4 para escribir la historia, otros tantos para trazar los personajes. Eso sí más de dos años para conseguir el espectáculo de imagenes que se nutren de los grandes del Comic. Los intereses económicos (la madera de la Selva Esmeralda) es en este caso la minería piraña del poder económico perprechado de un ejercito al que solo de falta las barras y estrellas para ser el mismo que defiende el petroleo y el gas actuales. Los indigenas de Pandora (Tal vez Pangea) podrían ser los pueblos indígenas de esa misma amazonía, los indios americanos o cualquier pueblo africano esquilmado. Pero Avatar no es un canto revolucionario, es como dije al principio, una postura Disney, buenos y malos, ganan los buenos, tienen la razón y además cuentan con la ayuda inestimable de la propia naturaleza que logra discernir y calibrar el daño que pretender los mineros capitalistas.


No seamos mas papistas que el papa. Dejemos la película en lo que es, un espectáculo familiar, navideño y entretenido. Las casi tres horas vuelan. Los tiquis miquis de siempre venimos poniendo pegas a todo; que a la historia le falta... Lo que tenía Titanic; más sustancia. Si al cocido lo dejamos sin el hueso de codillo, el tocinito, el choricito, la carne adecuada, ya podemos ponerlo en lumbre baja y en puchero de Pereruela. No tendrá gracia. Eso es AVATAR, un gran cocido, estupendamente presentado, al que no se añadieron esos "cuatro detalles". (C) M. Iglesias

2 comentarios:

Trecce dijo...

Por algún lado he leído lo que me parece una buena opinión breve para cinéfilos y afines, sobre esta peli: Una película que hay que ver, aunque sea para decir que no te ha gustado.

MANUEL IGLESIAS dijo...

Mi espiritu crítico me lleva por un lado. Como espectador normal con Avatar he disfrutado y al salir he sentido cierta nostalgia por dejar Pandora. Es una gozada haber llegado a conocer avances técnicos como este,sistema 3D, cada vez más perfecto y espectacular.

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