2 may 2013

Mito Relato 48.- EL MIEDO

Límite. Lápiz sobre papel Copyright © M. IGLESIAS

 Una calle adoquinada. Niebla y mucho frío. Un hombre yace inconsciente en el suelo. Al amanecer, dos policías lo cogen sin contemplaciones y lo arrastran a unas sórdidas dependencias. 
Hay muchas personas detenidas. Tosen, tiritan, murmuran entre siseos y quejas. Los guardianes tienen armas y uniformes antiguos. Apenas puede verse las caras de esa multitud que asiste en silencio a la llegada del nuevo detenido, el hombre encontrado inconsciente. Una amarillenta bombilla que se enciende y se apaga deja ver al grupo que arrastra por las axilas a aquella nueva sombra sin nombre. Lo depositan en el suelo, junto a una de las paredes, en un hueco que se hace por el pánico de los asistentes. Nadie dice nada. El miedo se amasa con imperceptibles gemidos. Algunos están magullados, en otros es visible las marcas de la violencia indiscriminada. Algunos tosen de manera fea. Otros sufren de fiebre y sus rostros cansados y macilentos se vencen contra el pecho mojado por incontinentes fluidos. Ninguno tiene abrigo. Los más próximos al recién llegado se fijan en su indumentaria, en su calzado, en su corte de pelo, en su refinado rostro, en sus cuidadas manos. Se dan con los codos unos a otros reparando en esos detalles que comienza a movilizar a los presentes. El murmullo va en aumento. Una voz chillona y aflautada, desde el otro lado de la sala grita destemplada: 

--- Calladitos todos. Al primer hijo de puta que hable sin que se le pregunte le pego un tiro... Estamos.
--- ¿Alguien conoce al señorito que acaba de llegar?
--- No lo preguntaré dos veces...

El silencio se sobresalta con las toses y el miedo. La noche será larga. Larga y terrible. (C) M. Iglesias

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos. 
 (El Herido. Miguel Hernandez)

6 comentarios:

Trecce dijo...

Me gusta el dibujo, sobre todo ese contraste entre el tono del cielo (muy conseguido) y el resto.

Anónimo dijo...

Un relato estupendo. Tiene un toque angustioso que le da sensación de campo de concentración nazi.

Me ha encantado.

Un saludo!

Ronald Adolfo Orellana. dijo...

Manuel:
El dibujo es bellísimo, me encanta, transmite cierto clima bélico, pero a la vez, con el cielo crepuscral sobre las alambradas da cierta sensación de tibieza que reconforta.

El relato es excelente, desde las primeras líneas atrapa la atención, me encanta el inicio: “En un lugar y un tiempo indefinidos. Una calle empedrada. Niebla y mucho frío. Un hombre yace inconsciente en le pavimento durante horas”. Todo el relato tiene un toque angustioso como dice en su cometario Pablo D. este relato me recuerda a todos los escritores que han sufridlo la represión, que han sido asesinados cruelmente a manos de esbirros militares, y más si recordamos a nuestro gran poeta Miguel Hernández.

Saludos Fraternos.

Allek dijo...

hola!
te invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!

Manu Espada dijo...

Buen texto y bonito dibujo, transmite mucha opresión.

Anónimo dijo...

Sin haberlo vivido afortunadamente, me transporta a cualquier cárcel improvisada de pueblo en los años de postguerra. Con el miedo a la sentencia de juicio sumarísimo.

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