25 jun 2012

NO SE NOS OLVIDE.- MAURICE JARRE (2). La melodía sobre todo



                                                       



Las idas y venidas de las modas los meten en el cajón del ostracismo y el olvido. Recordatorios en Venusyjanóbriga de aquellos que dejaron una profunda huella en la Historia del Cine. Retrasar la inevitable erosión de esa huella, su recuerdo agradecido es el intento de: No se nos olvide... 

MAURICE JARRE

En el primer capitulo de nuestro reportaje-recuerdo dedicado a Maurice Jarre destacábamos su predilección por componer música para orquesta. Aquellas primeras décadas de su carrera coinciden con las bandas sonoras compuestas para grandes superproducciones. 
Su techo creativo coincide con el final de la década de los 60 y primeros 70. La reiteración en sus composiciones; sensación de decadencia en TOPAZ (Hichcock) y la irregularidad de la compuesta para LA CAÍDA DE LOS DIOSES de Visconti, hacen pensar que su filón creativo se agota.


Aquellas espectaculares partituras dejan paso a otras destinadas a un cine con historias intimistas.
La nostalgia del tema de EL JUEZ DE LA HORCA.

La sencillez aplicada con sutileza en EL EFECTO DE LOS RAYOS GAMMA SOBRE LAS MARGARITAS, TAMAÑO NATURAL, MIÉRCOLES DE CENIZA, relanzan su carrera.

Regresa al exotismo con MAHOMA, MENSAJERO DE DIOS, EL LEÓN DEL DESIERTO, EL HOMBRE QUE PUDO REINAR, SHOGUN, JESÚS DE NAZARET.

La etapa que se inicia en los años 80 parece como un intento de probar por nuevos caminos. En ese intento aparece la música electrónica. Se le reprochó su abandono de la orquestación por un trabajo más cómodo con los sintetizadores. 
WITNESS constituye su tarjeta de presentación esplendida en ese nuevo camino. Él mismo declaró que había constituido un laborioso trabajo.  En ese acercamiento a los sintetizadores se deja asesorar por su hijo JEAN MICHEL JARRE.



Antes de su retirada definitiva en 2003, nos deja un puñado de bandas sonoras magníficas; ATRACCIÓN FATAL, EL AÑO QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE, NO HAY SALIDA, GORILAS EN LA NIEBLA, EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, LA ESCALERA DE JACOB.











Sus últimos compases en público los realiza el mismo año de su fallecimiento (2009) Recibió el OSO DE ORO en el FESTIVAL DE BERLÍN. 


Nos dejó, sobre todo, una colección de melodías inolvidables, suficientes para  que NO SE NOS OLVIDE... MAURICE JARRE nunca. 





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