8 ago 2012

PROMETHEUS.- ENVOLTORIO LUJOSO.

                        



En aquel lejano 1979, al final de mi reseña radiofónica ante el estreno de Alien de Ridley Scott, mencioné que la imagen de Giger,  aquel inquietante vigilante sentado, petrificado en su puesto de observación, ante una especie de cañón antiaéreo o cabina de mando, merecía una historia, incluso una película. 
Alien, junto a Blade Runner, han sido incorporadas a la liturgia del género por los seguidores de la ciencia ficción. Prometheus no parece incrementar el magníficat conseguido. Veamos los motivos.
Nos venimos comiendo el coco como especie: ¿De donde venimos? ¿Qué hacemos aquí? Y sobre todo ¿Donde vamos?
Ridley Scott
Cuanto más creemos acercarnos a unas hipotéticas respuestas un nuevo borbotón de dudas vienen a multiplicar nuestras incertidumbres que llenamos con grandes dosis de fe.
Scott inicia esta precuela de Alien con las cualidades que lo señalaron como director y creador de fascinantes imágenes. Si lo viésemos como un regalo de cumpleaños, nos fijaríamos en que el precioso papel del envoltorio supera el contenido.
Al abrirlo, y aquí los guionistas son los responsables, se nos va helando la sonrisa y nos obligan a poner cara de tontos.
Aventura, aparición de sustos (las primeras víctimas,menuda novedad, un geólogo y un biólogo), pirotecnia, suspense, el bichejo en cuestión, la arqueóloga auto abortando (secuencia dedicada al señor Gallardón) que no le impedirá convertirse en superviviente, saltar y pelear ajena a su fragilidad inicial.
Creación y destrucción, la vida y muerte son inseparables. Ideas sugerentes (el robot David, el anciano mecenas que quiere ver cara a cara a su creador, fragilidad humana) que quedan diluidas en esa parte final que hacen del autor de Los duelistas  víctima de un guión repleto de imperfecciones . (C) M.Iglesias)


Michael Fassbender                                           PROMETHEUS 

2 comentarios:

Trecce dijo...

Da la impresión de cierto atropello en la realización.

MANUEL IGLESIAS dijo...

Trecce; Scott es sumamente cuidadoso. Es, ante todo un gran fotógrafo, como se sabe. El guión se rinde la cuarta parte final al perfume del cine comercial, cuando los planteamientos iniciales ofrecían mejores posibilidades.

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