20 oct 2012

RECORTES DE CELULOIDE.-Pillos, corruptos y malandrines.


                                     

                                 


Siempre fue este territorio de pillos. Con cierta tristeza nos jactamos de ello y hasta en la literatura  etiquetamos un género de novela que los identifica. Avanzado el siglo XX el censo adquirió enormes dimensiones. 
Castas políticas de todas las tendencias comenzaron a rodearse de grupos de aduladores mercachifles. No es que esto fuera una invención de los tiempo modernos. Desde que el mundo es mundo existieron. En los zurrones de estos buhoneros pudieron verse deslumbrantes negocios, rápidos y fáciles dineros,  que encandilaron, y lo seguirán haciendo, a los mandamases, eso sí con discreción y desparpajo.
Alcaldes, directores generales, subsecretarios, presidentes de autonomías, ministros y ministriles, se vieron rodeados de amigos de la infancia, compañeros de facultad, cuñadísimos, entrañables compadres de partido de golf. La escopeta berlangiana tiene un repiqueteo QUÉ-HAY-DE-LO-MIO-QUÉ-HAY-DE-LO-MIO...
Hoy no podemos untarnos con el barniz de la hipocresía. Puede que en algunos políticos  venciera en su conciencia la moralidad y los principios. No hemos de negar la inteligencia y habilidad empleada en otros casos para convertir los descomunales beneficios en  materia opaca e invisible. Los pactos en las altas esferas con grupos especuladores: por ejemplo la Gran Banca, todopoderosa y eterna, extrayendo  enormes beneficios y consiguiendo el compromiso en la participación preferente de futuros y suculentos retos que los acontecimientos, que estamos contemplando en nuestros días, convertirán en una meta de suculentas privatizaciones.

No me ha sido difícil, en este caso, encontrar los trozos de celuloide que ilustren este capítulo protagonizado por PILLOS, CORRUPTOS y MALANDRINES.
  Utilizamos la pequeña bobina como una parábola llena de ingenuidad y "buenas intenciones". EL LAZARILLO DEL TORMES 1959, nos sirve para recordar a César  Fernández Ardavín y su cine lleno de condescendencia benevolente, la que no debemos tener con PILLOS, CORRUPTOS Y MALANDRINES

2 comentarios:

Trecce dijo...

Toda una caterva de buitres, como esos que rodean a la pobre vaquilla del fotograma.

MANUEL IGLESIAS dijo...

Trecce: Uno de los planos más terriblemente simbólicos de la historia del cine español. La metáfora de las disputas y peleas por la vaquilla, para nada. Berlanda, enorme.

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