Los muy buenos actores de teatro (tengo amigos en el gremio) temen al paso del tiempo, uno de sus enemigos encarnizados. Ya, ya sabemos que ese enemigo nos es común al resto. En el alma del actor, del gran actor, se van precipitando, como dolorosas esquirlas otras vidas; el discurrir de su carrera va dejando en su piel hasta el olor, a veces desagradable, de aquellos personajes que interpretó; fantasmas que acrecientan los miedos, perversiones que intimidan, dudas que aterrorizan, el pánico a olvidar el papel, es casi lo de menos.
A Simon Axler, aclamado y respetado actor, le alcanzan esos miedos. Realidad y ficción entran en una misma coctelera. El fracaso como último trompazo desde el escenario de Broadway; estancia temporal en un centro psiquiátrico, escarceos con la hija adolescente de su mejor amigo (el miedo a envejecer), alusión a que su experiencia teatral será de utilidad como asesino...
Nadie como Al Pacino para llevar a la pantalla el personaje de la novela en tres actos de Philip Roth (The Humbling-2009) Con su capacidad para la autoparodia, sus excesos, su cinismo. Construyendo un personaje despreciable, también lleno de encanto, que él borda y desborda eclipsando a todos los demás. La película de BARRY LEVINSON se estrenará en España en el mes de marzo, pasó por el Festival de Venecia con notable éxito y junto con Birdman (González Iñárritu) actualizan la figura del actor decadente, para lucimiento y esplendor tanto de Al Pacino y Michael Keaton, actores soberanos.
(Dedicado a mi buen amigo Antonio Sastre, que nombrarlo es decir TEATRO)
2 comentarios:
Habrá que estar atentos al rendimiento que le saca el guión a todo un Pulitzer como Roth.
Trecce: Al Pacino parece reencarnarse en el actor Simón Axler , el personaje de la novela.
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