5 mar 2010

Mito Relato 44.-Pater venit et mater

Se mira una y otra vez en el espejo. Se cambia la blusa. Esos vaqueros ajustados parecen ofrecer una resistencia que no viene a cuento. Da un beso al aire para extender el carmín de los labios. Se calza los zapatos de tacón alto. Desde el pasillo su marido la apremia -- Vamos cariño, llegaremos tarde. Ambos están nerviosos.
La pareja sale, escaleras abajo. -- Estás espectacular, le dice, cogiéndola por la cintura. Ella devuelve una sonrisa nerviosa y le pregunta la hora. En veinte minutos llegan a su destino. A la entrada decenas de jóvenes se agolpan en las taquillas y forman colas. Se sienten fuera de lugar, de época. Olvidan los complejos. Nadie les conoce, no ven a nadie de su edad, importa poco. Los nervios, la tensión, todo se precipita y explota al encenderse las cegadoras luces del escenario, al sentir en sus pechos la presión de la música que aturde sus oídos. Como una aparición asombrosa, entre el mar blanquecino y clamoroso de brazos jóvenes oscilantes, está la figura familiar, entrañable y querida de su hijo. Él y su grupo comienzan su actuación entre el fervor entusiasta del público que a ellos les atenaza, aplasta y asusta. Lloran emocionados y se agarran de la mano, como cuando eran novios, no hace tanto... ¿ Cuarenta años ? (C) M. Iglesias

2 comentarios:

Trecce dijo...

Real como la vida misma. Sé de unos cuantos que se han visto en trance similar.

Malena dijo...

Momentos_Dulces, Manuel y Gracias, una vez más por tus relatos, q tantas emociones nos despiertan...!

Bss!

Male.

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