15 mar 2010

Mito Relato 47 .- El imaginero imaginado

Foto: Esplendor (Mural y jardín) (C) M Iglesias.
“Hay almas que nos hacen creer que el alma existe”
Marguerite Yourcenar

Llega ya irremediable la primavera. La veo en ese sol dorado y tierno de agua que amarillea la ciudad, dándole ese aspecto de imagen apergaminada. El aire lábil y el silencio provocan sensación de vacío. Un aroma familiar y querido enardece el recuerdo. Detrás de la ventana cenicienta y borrosa de mis ojos cargados por la fiebre se agolpan en mis sienes sombras y colores, deformes imágenes que se alargan imprecisas, siniestras, provocándome un miedo muy profundo. Se me está escapando la vida y parece como si todos los recuerdos pugnaran, en tumultuoso hervor, por ocupar mi cabeza, montándose unos en otros, mezclándose en un caos aterrador.
No hay mayor soledad que la de un moribundo ante esas imágenes involuntarias. Sucesión frenética de lugares, figuras, sonidos, susurros, voces. Fugazmente vuelve un rostro querido, como un relámpago, y lo veo nítido, glorioso, como en aquel día tan lejano. De la misma manera que se produce el tumulto sobreviene de pronto la quietud y el silencio. Crujen las maderas del suelo y escucho lejana la voz de Ramona que parlotea en la calle con las vecinas. Ahora mi mente se deja acompasar por el sonido de un reloj. A un lado de la cama, en la pared, cuelga una Virgen de cristal. Tiemblo, sudo y se me escapan unos quejidos de angustia. Vuelven las sombras. Las imágenes creadas por mis manos, convertidas en Santas por la gente, comienzan a modo de viático un desfile. Algunas me lanzan muecas y gestos grotescos, pavorosos.
Fragmento de El imaginero imaginado (C) M. Iglesias

2 comentarios:

El Traste Nº 27 dijo...

A ver si es verdad que de una vez por todas se instala el buen tiempo y nos dejamos de inviernos. Por cierto, le has dado un buen cambio de look al blog.

Anónimo dijo...

Un relato magnífico, enhorabuena!

Un saludo!

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