21 may 2012

EN JANÓBRIGA TAMBIÉN SE LEE: El amante del volcán;SUSAN SONTAG

                                                           
                                           

SUSAN SONTAG me ha influido como cinéfilo y lector. Su pensamiento libre, sus "miradas" en el centenario del cine; su lamento del fin de la cinefília, no del cine, quintaesencia de lo moderno, por ella calificado de poético, misterioso, erótico y moral. Su profundidad y propuesta intelectual.
Algunos vimos luz cuando leímos sus ensayos ; Frevillade, Griffith, Dziga, Vetov, Pabst, Murnau, Vidor los redescubrí gracias a ella.

"Si el cine puede resucitar, será únicamente gracias al nacimiento de un nuevo género de amor por él" S.Sontag
 Recomiendo su magistral y antológico estudio sobre la adaptación de la novela al cine; BERLIN ALEXANDERPLATZ  de Fassbinder, publicado en 1983 Cuestión de énfasis-Alfaguara.
En "la imaginación del desastre"(Contra la interpretación) nos suministró todo un manual para abordar críticamente cualquier película de ciencia ficción, espigando lo válido de aquello que, pareciéndolo, adolece de la imaginación. 


Erupción del Vesubio 9 de agosto 1779.Pietro Fabris, tomado de  Sir William Hamilton.



Esa es mi relación con la escritora guía en aquellos años contra la mediocridad. Un ejemplo de escritora comprometida y rigurosa. 
Pero no había leído su novela histórica EL AMANTE DEL VOLCÁN. 


La historia de los amores ilícitos de Lady Emma Hamilton con el almirante Horacio Nelson. Narrada con emoción de principio a fin (que para ella era un tipo más de pensamiento)
Esta historia de Emma, su marido, el aristócrata William Hamilton, con la agudeza y estilo de Sontag será la punta del iceberg en el que se esconde una profunda reflexión feminista sobre los cambios en la sociedad occidental desde la ilustración.
Son las últimas décadas del siglo XVIII. La aristocracia (coleccionista de objetos y piezas de arte en la figura del Cavaliere)vive entre fiestas, cacerías y otras aficiones refinadas; arqueología, arte...Comienza a enfrentarse a una incipiente y rudimentaria democracia. Es el Vesubio la metáfora de esa convulsión.
Ya nos lo dijo en Contra la interpretación ; lo que importa en el arte es el estilo, no el contenido, ni la forma en sí misma.
Ahí el lector sensible caerá subyugado por la belleza del estilo narrativo.
Escucharemos, de vez en cuando hablar a los personajes, pero será ella la que omnisciente, con voz íntima, cercana y sabia la que nos cuente en una explosión las ideas con un firme sentido moral.


No queda otra que leer sus otras dos novelas destacadas; El benefactor (1963) y Estuche de muerte (1967)


Nos queda recordar que esta historia EL AMANTE DEL VOLCÁN fue llevada al cine con el título de That Hamilton Woman. Superproducción de 1941, con Laurence Olivier y Vivien Leigh como protagonista. Película favorita de Winston Churchill, por cierto.

                                 


"Debajo de los estratos de historia, todo habla de amor. 
Según el folclore local, el origen de muchos emplazamientos napolitanos es una desdichada historia de amor. En un tiempo estos lugares fueron hombres y mujeres, quienes, debido a un infausto o desgraciado amor, sufrieron una metamorfosis en la que les vemos ahora. Incluso el volcán. El Vesubio fue en una ocasión un joven, que vio a una ninfa preciosa como un diamante. Ella le arañó el corazón y el alma, no podía pensar en nada más. Respirando con más y más vehemencia se abalanzó sobre ella. La ninfa, abrasada por sus atenciones, saltó al mar y se convirtió en la isla que hoy se llama Capri. Al ver esto, el Vesubio enloqueció. Se irguió amenazador, sus suspiros de fuego se esparcieron, poco a poco se convirtió en una montaña. Y ahora, tan inmóvil como su amada, para siempre más allá de su alcance, sigue lanzando fuego y hace que tiemble la ciudad de Nápoles. ¡Cómo lamenta la indefensa ciudad que el joven no consiguiera lo que deseaba! Capri está en el agua, totalmente a la vista del Vesubio, y la montaña quema y quema y quema..."
Página 106 El amante del volcán   Edición Alfaguara-Traducción Marta Pessarrodona 1995   SUSAN SONTAG


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