22 ene 2013

DJANGO DESENCADENADO.-Sweet home MISSISSIPPI

                                                           

Una de las mayores vergüenzas que arrastrará la humanidad como especie, por los siglos de los siglos, no lo dudo un instante, es la esclavitud. Sea la aplicada por el ejercito vencedor sobre los vencidos, la señalada como utilidad para el florecimiento de los grandes imperios, la explotación de un hombre, clasificado inferior por otro, que se adueñó del látigo y se amparó en la impunidad de la costumbre y la doctrina de  una falsa necesidad mutua; los desposeídos de la tierra, se dice por los interesados, necesitan a los propietarios-dueños y éstos precisan del mudssill (barro) para la construcción de su riqueza. Denunciamos hoy día esclavitudes en el trabajo, en la laxitud de la aplicación de unos principios  y derechos universales del hombre, de la mujer, del niño. 
Tarantino no reflexiona sobre la esclavitud. Está ahí, en lo contado, en su explosiva y vengativa historia de liberación. Por eso no entiendo a los que le reprochan frivolidad o excesos. Tarantino es sinónimo de exceso, incluso con la esclavitud por medio.
El cine y su dramaturgia ha plantado cara a la esclavitud de muy diversos puntos de vista: lucha por la libertad, denuncia del trato y comercio de esclavos, su dulce domesticación (enorme Samuel L. Jackson en su versión masculina de "Mammy"-Hattie McDaniel) , el racismo secular...
Llega Quentin Tarantino y otorga el protagonismo al esclavo Django (Jamie Foxx), pero utiliza a un vividor alemán caza-recompensas (esplendido  Christoph Waltz) y a un terrateniente sureño, comerciante de mandingos-luchadores (brillante Leonardo DiCaprio) para con habilidad narrarnos, de forma irregular, la mítica ascensión del nuevo Sigfrido/Orfeo a la montaña/infierno buscando y recuperando con habilidad ajena a su amada Brunilda/Eurídice, y ya que estamos, la libertad. 
                           
                               

Tarantino es un fenómeno cinematográfico que tiene dividido al personal. Seguidores y detractores se aplican con parecido entusiasmo en el análisis de sus películas. En su cinefília ecléctica los géneros son transgredidos en aras de una tensión narrativa  y donde la violencia es un elemento aglutinador. Ojalá hubiese sido suficiente un baño de sangre similar al del final de la película para haber terminado para siempre con la vergüenza de la esclavitud. Desgraciadamente esa última gota de sangre no se ha vertido.
  Sitúa su historia de venganza en el violento sur, la salpica con momentos hilarantes  (secuencia de una partida del Ku Klux Klan y la elaboración de sus capuchas) mezclando de forma irregular picos y valles en su alta tensión narrativa.

 El western fermentó en las novelas, en los comics, y en el cine está desde los primitivos fotogramas, en toda esa trayectoria como género se reinventó mil veces. Su épica debe tributo a Alfred Guthrie, Jack Schaefer, Ernest Haycox, Paul Wellman y si me apuran a Marcial Lafuente Estefanía.   Tarantino moja su pan en salsas variadas y ha realizado, sobre todo, un homenaje al comic y al subgénero crepuscular  "tabernicolas almeriensis", el spaguetti-western, desde los mismos títulos de crédito. No olvidemos dos detalles tarantinos; cuidada puesta en escena y una excelente banda sonora.
© M. Iglesias

Django unchained
Clasificación:  ***                                                                          *    floja
                                                                                                    **    aceptable
                                                                                                   ***    buena

                                                                                                  ****    excelente

4 comentarios:

manipulador de alimentos dijo...

Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!

MANUEL IGLESIAS dijo...

M de Alimentos: Da la sensación que Django puede situarse en el grupo de obras menores de Tarantino. No se pueden negar momentos divertidos, guiños cinéfilos, buenos trabajos de interpretación...La banda sonora, muy cuidada, como casi siempre. Un saludo

MANUEL IGLESIAS dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
@ngel dijo...

Buena entrada!, la peli no es una obra maestra pero deja buen sabor de boca y la banda sonora como dices muy en su linea y acorde con la historia que cuenta. Quizás en algunos momentos nos recuerda a malditos bastardos, sobre todo cuando se excede en sus diálogos te viene a la mente aquello de "tarantino te has pasado con la verborrea". Todo lo demás me pareció genial, el toque personal como siempre marca de la casa, saludos!

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