16 mar 2012

MITO RELATO 95.- RUINAS SIN MEMORIA

© Ruinas sin memoria. Oleo sobre lienzo. M. Iglesias

Le gustaba sentarse frente al montón de piedras atormentadas por garras de zarzales y raíces musculosas de castaños y encinas.  Pasaba por aquel lugar de vez en cuando. Ensimismado, conjeturaba con la procedencia de las ruinas; pudo haber sido una vieja ermita abandonada, surgida de la inocencia de la fe. Una aparición portentosa a un partorcillo. Un milagro ridículo. Luego llegarían alegres romerías, que a su vez otros tiempos turbios posteriores, menos piadosos, silenciaron y transformaron en majada.
Con la caída de la tarde, en verano, prefería convertirlo en escenario legendario. Tal vez el pabellón de caza de un príncipe. Un lugar para encuentros secretos. Pero...
¿Y la fuente? ¿Y las tumbas vacías? ¿Y aquel pavoroso silencio?

Dos veces por semana visitaba a su padre en la residencia. Sin saber muy bien el motivo asoció sus pensamientos sobre la ruina con la dolorosa pregunta inicial del viejo al verlo llegar -- ¿ Y tú quién eres? 
 Un angustioso zarzal fue creciendo irremisible,  borrando la memoria. © M. Iglesias



No hay comentarios:

Busca nuestras entradas